La Encuesta de Población Activa (EPA) presagió en el primer trimestre del año que España seguiría sufriendo las consecuencias de la crisis económica, entre ellas el desempleo. El impacto de esta crisis en 2022 se debe a los efectos del COVID-19 y la ómicron, que contagió a cientos de españoles en enero. Junto a la inflación y la guerra de Ucrania, los resultados de la EPA han sido terribles para España.
Según el estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 2022 comenzó con 3.174.700 parados. Es decir, se sumaron 70.900 desempleados, más que el año anterior, los cuales buscan cubrir sus necesidades y las de su familia con ayudas, subvenciones, préstamos sin intereses y otros recursos. La tasa de desempleo se estableció cerca de entre el 12 y 13% durante los primeros tres meses de este año; el número de ocupados cayó en 100.200 personas, situándose finalmente en 20.084.700 trabajadores.
Lo que dicen los datos sobre el desempleo en España
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Los datos del INE arrastran cifras desbastadoras del desempleo desde el 2013. Catorce años después, se consolida un paro general del 12,6% en febrero de 2022; de hecho, las altas tasas de desempleo de los jóvenes alcanzan el 30,2% en la actualidad.
España encabeza el primer puesto de desempleo en la Unión Europea. En marzo, Eurostat indicó que ningún país ha registrado una tasa de paro superior al 13,65%, que corresponde a la tasa de España en ese mes; un 0,9% más que en febrero.
El porcentaje de desempleados se duplica cada vez más, cuando el promedio en la Eurozona apenas registra un nivel del 6,8%. En Italia hay una tasa del 8,3%, seguida del 7,4% de Francia y un 2,9% en Alemania; solo Grecia tiene un desempleo de 2 dígitos (12,9%) quedando en segundo lugar detrás de España.
Las grandes economías europeas redujeron el desempleo más rápido que España. Algo que a este país le ha costado. Ante esto, hay quienes optan por invertir con ayuda de prestamistas en un negocio que les permita salir del paro.
El contrato fijo es un factor de esta crisis
En el primer trimestre del año, la población activa laboralmente entre los 25 y 54 años perdió su empleo, cerca de 66.500 personas; una cifra que supera los 6.600 menores de 25 años. Un factor es la calidad del empleo, donde la duración determinada puede llegar a menguar la posibilidad de que los empleados tengan un contrato fijo.
Por otro lado, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social potenció la contratación fija con límites desconocidos. La EPA establece que casi 12,83 de los más de 17 millones de asalariados tienen un contrato fijo; un récord histórico que deja a más de 4 millones de trabajadores con un contrato temporal.
Detrás de todas estas cifras, muchos jóvenes y adultos pierden la oportunidad de crecimiento profesional. Tampoco es positivo para quienes siguen perdiendo su empleo desde 2021, a menos que formen parte de los programas para potenciales emprendedores y autónomos.
El emprendimiento da respuesta al desempleo
Los contratos temporales (de días, semanas o pocos meses) no son factibles para la estabilidad financiera de ninguna persona. Por eso, el futuro del trabajo en España ahora involucra un nuevo concepto: el emprendimiento. Si bien en los últimos años se ha perdido una cifra significativa del empleo, se logra mitigar con la creación de empresas y nuevos negocios.
Los jóvenes son los protagonistas de este tipo de proyectos a largo plazo para la construcción de su futuro, pero deben disponer de políticas públicas dirigidas al fomento del emprendimiento y autonomía laboral. Esto no quiere decir que las personas mayores de 50 años no pueden emprender; los programas para emprendedores son una respuesta asertiva para todos los desempleos en distintos rangos de edad.
La idea es promover un empleo sostenible y de calidad para los jóvenes, y así sostener la economía del país. No deberían sentirse excluidos ni desilusionados; tarde o temprano el capital intelectual podría afectar más a España, siendo el emprendimiento (con ayuda de préstamos y subvenciones) una garantía que desarrolle la vida profesional de estos jóvenes.
